¿En que nos fijamos cuándo vemos un pájaro? Normalmente apenas nos detenemos en como vuela, sus colores o su trino. Si somos ornitólogos o simples aficionados a la naturaleza, es posible que empleemos unos minutos en observar su conducta, en comparar con otras especies o en analizar como se adapta al hábitat. ¿Alguna vez nos hemos parado a reflexionar en cómo piensan, cómo aprenden o el por qué de muchas de sus reacciones?
Aquí tenéis todo un libro dedicado a eso, a analizar el ingenio de los pájaros. Ingenio, dice la autora, ya que reconoce que "inteligencia es un concepto resbaladizo" y difícil de medir. Así que a lo largo y ancho de estas páginas hace un recorrido por múltiples estudios e investigaciones que nos demuestran que los pájaros hacen algo más que actuar por instinto. En cada caso nos presenta un protagonista diferente, una especie o grupo de especies que destacan en un aspecto específico. Veamos algunos ejemplos.
Empecemos con el cuervo de Nueva Caledonia, considerado "el pájaro más inteligente del mundo". Son aves capaz de resolver un rompecabezas que consta de diferentes fases: para solucionar una (mover un balancín) tiene que solucionar otras previamente (usar un palito para extraer piedras con las que hacer contrapeso). En contra de lo que muchos podemos pensar, no sólo los primates usan herramientas; de hecho algunas aves incluso las modifican a medida.Nueva Caledonia o Barbados son algunos de los lugares donde se experimenta con estas capacidades y los elementos del estudio son cuervos, zanates o gorriones de Barbados y como exprimen su ingenio para obtener comida. En este nivel de cognición (otro término que los científicos prefieren a inteligencia) los ya citados córvidos y zanates, junto con los loros son los que están a la cabeza, seguidos de aves rapaces, pájaros carpinteros, gaviotas y garzas.
Un carbonero cabecinegro es capaz de recordar los miles de escondrijos de sus semillas hasta seis meses después de haberlas guardado. Una proeza para un pajarillo de apenas doce gramos con un cerebro que no llega a un gramo, pero que aún así duplica en tamaño al de otras aves de su mismo rango de peso corporal. El tamaño del cerebro de las aves depende de muchos factores. Un ejemplo: las aves que permanecen en el nido tienen un cerebro más grande que las que lo abandonan al poco de nacer.
Algunos grupos de aves parecen tener una "importante capacidad computacional" derivada de las conexiones neuronales, lo realmente importante y en lo que "el cerebro aviar no difiere demasiado del nuestro". Así que la reducción de un cerebro para permitir la evolución al vuelo (el tejido cerebral es pesado y metabólicamente muy eigente) no parece un óbice para la inteligencia de las aves.
Algunos científicos sostienen que los pájaros, aunque sólo el uno por ciento de las diez mil especies existentes, también juegan El juego requiere inteligencia y la nutre. Pero parece estar restringida a aquellas aves con una infancia prolongada como cuervos y loros.
Una gran parte del ingenio de los pájaros se demuestra en sus relaciones de bandada: los carboneros comunes presentan un complicado entramado social y se reparten áreas de alimentación en función de sus personalidades; las gallinas picotean en orden jerárquico; los arrendajos ofrecen comida (regalos) y anticipan una recompensa por parte de su pareja e incluso analizan sus preferencias cambiantes; los herrerillos se comunican la existencia de alimento; dentro da la misma bandada hay pájaros más tímidos y otros más osados, con personalidades diferentes, lo que es fundamental en la supervivencia del grupo; el turdoides bicolor hace turnos de vigilancia para garantizar la seguridad mientras el resto de la bandada come con la cabeza baja.
Pues bien, en muchas de estas especies con inteligencia social, los investigadores han descubierto una correlación entre la dimensión del grupo social y el tamaño del cerebro: grandes grupos sociales conllevan un cerebro más grande a causa de las complejas presiones sociales. Es la calidad de las relaciones y no la cantidad lo que amplía esta capacidad. Incluso han identificado una hormona, la mesotocina (similar a la oxitocina de mamíferos) que modifica este comportamiento social.Y como no podía ser de otra forma, en estas relaciones también es importante la fidelidad de la pareja o las infidelidades: parece mentira que hasta esto ha influido en el tamaño de sus cerebros.
¿Cuál es una de las características que más nos cautivan de las aves? Sus cantos, trinos y gorjeos. El cenzontle es un pájaro americano, también conocido como políglota imitador, capaz de reproducir los sonidos que emiten muchas otras aves. En las aves, las "voces" proceden de la siringe, un cartílago y dos membranas que pueden hacer vibrar a velocidad ultrarrápida con el paso del aire e incluso de forma independiente cada membrana produciendo dos notas distintas simultáneamente. Los diamantes cebra, por ejemplo, contraen y relajan los músculos de la siringe con una precisión inferior al milisegundo, el chochín entona hasta treinta seis notas por segundo y algunas especies pueden imitar el habla humana.
El aprendizaje y la genética se entrelazan. No sólo se han detectado más de cincuenta genes implicados en la imitación de sonidos, sino que también las rutas cerebrales son ¡similares a las humanas! Y además la cognición de las exhibiciones cantoras (tanto de quien las hace, el macho, como de quien las escucha, la hembra) afectan evolutivamente a la estructura cerebral.
Como no, también hay páginas dedicadas a los pájaros artistas. Sólo hay que ver las construcciones y adornos que utilizan los pergoleros (por ejemplo el pergolero satinado) con la única intención de seducir a a la hembra. La construcción de la pérgola, la decoración del acceso, la colocación de los objetos de colores... Rescato dos frases: "la intelegencia es sexi" (los pergoleros que resolvían las pruebas de los investigadores eran también los que más se apareaban) y la que recoge como llamarle a todo este esfuerzo "a mi me resulta casi imposible concebirlas salvo con relación al arte"
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Quedan en el libro dos capítulos por resumir. Uno es como hacen las aves para orientarse. Se desgranan diferentes experiencias que van desde aves individuales a bandadas, desde pequeños desplazamientos en busca de comida hasta los grandes recorridos anuales de miles de kilómetros(el charrán ártico, por ejemplo, recorre más de setenta mil kilómetros anuales entre Groenlandia y la Antártida y vuelta).
Los campos magnéticos, las estrellas, la posición del sol, hitos geográficos... incluso un programa innato, genético, son parte de las claves del éxito. Incluso hay un término para expresar esa inquietud migratoria: zugunruhe. De esta forma la orientación es una mezcla de diferentes pistas solares, geomagnéticas, sonoras, olfativas... todas ellas integradas y que parecen enlazar con una nueva teoría acerca de la organización general del cerebro de las aves, de la integración cognitiva.
Y en el último capítulo llega Gorrionlandia. Antes de 1850 no había gorriones comunes (Passer domesticus) en Nortemérica. En 1851 se introdujeron dieciséis en Brooklyn. En 1889 ya se pagaba por cada uno muerto para intentar erradicarlos. Actualmente hay en el mundo unos 540 millones de ejemplares, presente en todos los continentes menos la Antártida. ¿Y a qué viene hablar del humilde gorrión? Pues por su capacidad de adaptación. Las especies invasoras de más éxito tienen un cerebro más grande y actúan de forma más innovadora y flexible.
Y junto al gorrión, hay otras especies que se identificaron como "aprovechadoras urbanas": el cuervo, el mirlo y la paloma. "Las ciudades han sido denominadas máquinas de aprendizaje. Y sin duda hacen a las aves inteligentes más inteligentes aún". Las especies capaces de innovar sobreviven y se diversifican. Una vez más el ingenio de las aves, su cerebro, viene a su rescate. Pero incluso para el gorrión vienen tiempos oscuros con un declive en sus poblaciones, especialmente en Europa, pero también en Australia, India o algunos lugares de Asia.
Como podéis ver, si os gustan las aves, este libro os dará un repaso de adaptaciones, comportamientos, fisiología... En su base, investigaciones e investigadores de todo el mundo recopiladas por la autora, Jennifer Ackerman.
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